CHAMÁN
Noah Gordon
Madrid, Suma de Letras, 6ª ed. 2001 (2000), 902 p.
Segunda novela de la serie en la que relata Gordon la saga de la familia Cole, dedicada a la medicina desde el siglo XI, en el que transcurre la primera novela, “El médico”. La acción se desarrolla esta vez en el medio oeste norteamericano, durante los años de la expansión de los colonos en las primeras décadas del siglo XIX, los cuales van atropellando a los indios y despojándolos de sus tierras. Robert Judson Cole es un médico joven, que ha huido de su tierra natal, Escocia, por independentista. Va buscando dónde establecerse en esa tierra nueva. Después de una breve y desafortunada estancia en Boston, en un barrio de pobres inmigrantes irlandeses, llega a Holden’s Crossing, apenas un cruce de río en los confines que limitan con los indios. Allí se convierte en el médico de aquellas vastas regiones, que le obligan a constantes y distantes viajes a caballo. Conoce a los indios sauk, expulsados de sus territorios por la insaciable codicia de los colonos, que se valen de políticos ambiciosos y racistas necesitados de votos, para lograr sus fines expansivos. Las escenas de las costumbres sauk y en particular la vida de Makwa-Ikwa, la Mujer Oso, la joven y sabia hechicera que se convierte en ayudante del médico por sus conocimientos ancestrales y su disposición a ayudar, son de las más hermosas de la novela.
El médico entra en contacto con el Partido Americano, un movimiento sectario, racista y xenófobo, que ataca a los que son diferentes: indios, irlandeses, católicos papistas, gente no nacida en Estados Unidos. Son un anticipo del moderno Ku-klux-klan. Producen indignación sus atropellos, así como despiertan ternura las relaciones del bravo médico con sus enfermos, por los que se preocupa y lucha sin descanso. Las difíciles travesías de aquellos tiempos, las rudezas del clima, las relaciones de todo tipo entre aquellas gentes, desde la explotación más ruin, hasta la generosidad, están muy bien descritas.
Cole se casa con Sarah, antigua paciente que ha quedado viuda y que ya tiene un hijo, Alex. De este matrimonio nace Chamán, que queda sordo por la escarlatina cuando apenas tiene 5 años. Chamán va a continuar la saga de los Cole, porque también tiene el don, y tiene que vencer toda clase de obstáculos para inscribirse en una alejada escuela de medicina. Sus aventuras constituyen la segunda parte de la novela, mientras estalla la guerra de Secesión en 1861, que lo trastorna todo: las familias, la economía, las relaciones humanas, la política. Las familias se dividen, con hombres en los bandos opuestos. Las carnicerías que provocan las batallas son descritas con la minuciosidad de un cirujano. Alex combate con los unionistas del sur, mientras que su padre se ve arrastrado a convertirse en médico de los soldados del norte. Al fin ganan éstos en 1865 por agotamiento de los estados esclavistas del sur. Chamán regresa y se casa con la judía Rachel, su gran amor adolescente, que cuando eran niños le ayudó a aprender a mejorar su habla. Rachel es viuda de un judío y ya tiene dos niños, Hattie y Joshua, a los que Chamán comienza a querer como hijos. La novela termina con los buenos augurios de este matrimonio que comienza y en donde surgirá alguien que dé continuidad a la saga de los Cole.
Otros personajes de relieve en la novela son Sarah, la madre de Chamán. Las escenas de la litotricia de sus piedras en la vejiga son dignas de una cirugía valiente y arriesgada, que era la que tenía que practicar Cole con frecuencia. Lugar particular ocupa Miriam Ferocia, la superiora del primer convento católico que se establece en la zona, mujer de armas tomar, que llega a tener una profunda relación de amistad con el médico Cole. Precisamente en sus diálogos se transparenta el sentido de tolerancia y de amplitud religiosa que caracterizan a las novelas de Gordon. Más allá de las ideologías, le interesa presentar a las personas reales, que son capaces de entenderse si hay en ellas espíritu de generosidad. También son interesantes como personajes Alex, el hermano mayor de Chamán; Alden, el encargado de la finca, que oculta secretos que sólo se desvelan a la hora de su muerte; Nick Holden, el primero que acogió a Cole en 1839 y le prestó dinero para que se estableciera, y que luego se revela como hombre de empresa y político ambicioso, que se va distanciando progresivamente de su antiguo amigo, pero que luego salvará la vida de Alex, prisionero en la guerra civil.
La novela se lee con mucho gusto. A veces narra demasiados acontecimientos en pocas líneas, sin grandes pretensiones literarias. Logra transmitir el espíritu de los tiempos, los grandes atropellos de los colonos hacia los indios y las dificultades de ejercer la profesión médica en unos tiempos tan azarosos como los que les tocan vivir a aquellos médicos tan esforzados.
Diciembre 2001