LA PRINCESA DE HIELO
Camilla Läckberg
Madrid, Maeva Ediciones, 31ª ed. 2010, 1ª en 2008, 414 p.
No es de extrañar que esta novela negra haya tenido tantas ediciones en tan corto tiempo. Su joven autora sabe combinar una trama policíaca de gran interés, que va presentando situaciones inesperadas, con unos personajes que atrapan al lector, despertando sentimientos de simpatía o rechazo, cercanía o distanciamiento. Y esos personajes forman un despliegue de todas las edades y condiciones sociales, que están implicados en los sucesos de maneras muy diferentes. Los asesinatos ocurren hoy, pero tienen sus raíces 25 años atrás y eso lo va sabiendo el lector poco a poco.
Alexandra (Alex) es una bella mujer de 35 años que aparece muerta en la bañera de su casa, en aparente suicidio sin sentido. La descubre Erica, quien fue su amiga de infancia, pero con la que no se trata apenas desde que dejaron la infancia. Erica es escritora de éxito y acaban de morir sus padres en un accidente. Patrik, enamorado de Erica desde niño, es el que se encarga de la investigación de los sucesos. Todo sucede en un pequeño pueblo de la costa sueca del oeste, que por cierto es el lugar de nacimiento de la novelista. Muchas personas se ven implicadas en el suceso: los padres de la difunta, que tuvieron otra hija, Julia, siempre enfrentada a su hermana; el marido de Alex, Henrik, que la quiere pero no la comprende; también hay un amante borrachín (Anders) con el que nadie entiende que esté liada, condiscípulo de ella en la niñez, y su madre Vera. Tiene un papel importante la familia Lorentz, los más ricos del pueblo, cuyo hijo Nils desapareció de joven y ellos adoptaron a un niño de la calle, Jan, que tiene una relación despegada con su madre adoptiva; Anna, hermana de Erica, y su esposo Lucas, desarrollan una trama lateral que añade interés; Dan y Petrilla, una pareja en la que él fue antiguo novio de Erica; el comisario Mellberg, un personaje repugnante y creído, que tiene a su cargo la investigación del crimen, que luego se complica por la muerte de Anders. ¿Hay un doble asesino o son independientes esas muertes violentas? La muerte de Alex, aparente suicidio, es asesinato y lo contrario ocurre con la de Anders. Así la autora nos va sorprendiendo sin el prurito de pretender hacerlo y va enlazando los sucesos en asombro creciente hasta un pasado remoto, terrible, que los viejos implicados trataron de ocultar. Pero en vano, porque ahí está la habilidad investigativa de Patrik y la intuición de Erica, que irán descubriendo al asesino, el menos esperado por el lector…
Estilo literario agradable, en perfecto equilibrio entre la descripción y la narración. Se puede leer de un tirón y eso que son más de 400 páginas…
Mayo 2012