LA CASA DEL SILENCIO
Orhan Pamuk
Barcelona, Random House Mondadori, 2006, 378 p.
El título hace referencia a una vieja casa en la que habita una señora de 90 años, torpe y achacosa, que solo vive para recordar un pasado que ella reconstruye con añoranza. Ella se casó muy joven con un médico, que luego abandonó su profesión para dedicarse a escribir una enciclopedia que iba a iluminar al mundo y sacar de su error a todos los creyentes en Dios. Le sirve un enano, Recep, pariente de su difunto marido, que no se inmuta ante los constantes desplantes y exigencias de la vieja. La van a visitar tres sobrinos, hermanos entre sí, para quedarse unos días con ella: Faruk, ya divorciado, gordo y borracho, que se entretiene copiando viejos códices de historia turca; Nilgüs, la muchacha, de quien se enamora un antiguo vecino compañero de juegos, y el hermano menor, Metin, fantasioso pero incapaz de estudiar y llevar una vida normal; piensa emigrar a los Estados Unidos y hacerse rico, pero se enamora de una de las chicas del grupo de amigos con el que sale. Ceylan le aprecia como compañero, pero cuando éste intenta propasarse, huye de él y la abandona en el carro estropeado que Metin tomó prestado de su hermano. Por otra parte Nilgüs se ha hecho comunista y es perseguida cuando va a la playa por su antiguo compañero de juegos, Hasan, al que rechaza y del que es mortalmente herida.
Cada personaje tiene su propio mundo interior de ensoñaciones, anhelos y esperanzas, pero ninguno sabe realizarlo. En ese sentido la novela es un recorrido de las frustraciones de sus personajes, además de una pintura de los choques entre las fracciones políticas que se disputan la atención de la población: los islamistas radicales y los comunistas. Tiene mucha resonancia – como es común en las novelas de Pamuk – el atractivo del mundo occidental, por contraste con una Turquía anclada en un pasado pobre y aislado. La religión juega un papel secundario, pero decisivo en algunas ocasiones. El mundo juvenil que se describe es muy aburrido para los jóvenes. No saben cómo matar el aburrimiento y por eso se exponen a situaciones muy riesgosas algunas de las cuales acaban mal.
La principal habilidad narrativa del novelista consiste en que cada capítulo está narrado en primera persona por uno de cinco personajes diferentes: la vieja, Recep, Faruk, Metin y Hasan, que ofrecen perspectivas diferentes de lo que acontece dentro y fuera de ellos. El argumento no concluye, queda a la imaginación del lector dar continuidad a vidas tan ásperas.
Diciembre 2012
