EL TANGO DE LA GUARDIA VIEJA
Arturo Pérez Reverte
Madrid, Alfaguara, 2012, 497 p.
Max Costa es un hombre nacido en Argentina a principios del siglo XX, hijo de emigrantes europeos, que lleva una vida aventurera al máximo, prevalido de su atractivo físico, de que sabe bailar como nadie, de su labia y de sus buenas maneras. Las mujeres lo adoran, embauca a todos y vive siempre al borde del peligro. De hecho ha pasado breves temporadas en la cárcel en varios países. Se hace bailarín profesional en el trasatlántico Cap Polonio y allí se encuentra con Mercedes Inzunza, Mecha, esposa de un afamado compositor español, el maestro Troeye, que mantiene rivalidad profesional con Ravel y que viaja a la Argentina para componer un tango que tenga más éxito que el famoso Bolero de su rival. La relación entre Max y Mecha va a ser el hilo conductor de la novela a lo largo de tres épocas: el viaje en aquel trasatlántico en 1928, su encuentro en Niza en 1938 y su nuevo encuentro en Sorrento en 1967. Al marido de Mecha, el famoso músico, lo matan los nacionales durante la guerra civil española y su nuevo marido es un diplomático chileno, Keller de apellido con el que tiene un hijo, Jorge, que resulta un niño prodigio del ajedrez. Las escenas del último encuentro entre ella y Max tienen como escenario Sorrento, donde se celebra un torneo de ajedrez entre Keller, convertido en un jugador de fama, y el campeón mundial, el soviético Sokolov. Ya con más de sesenta ambos protagonistas rememoran los tiempos viejos y ahí se revela que Mecha siempre estuvo enamorada de Max, a pesar de que conocía perfectamente su carácter, y de que el niño prodigio es hijo realmente de él. Estas revelaciones llevan al viejo galán a una situación de regreso a las habilidades y trampas antiguas, de las que sale golpeado pero reivindicado ante Mecha.
La habilidad del autor es grande para describir ambientes refinados o tugurios de mala muerte, personajes de la alta sociedad o pandilleros peligrosos. Los tahúres, los espías, los esbirros aparecen en momentos duros para tormento y susto de Max, que sabe esquivarlos con maneras de capo. Pérez Reverte se adentra en los sentimientos de esa mujer bellísima que es Mecha, siempre por delante del inteligente Max, a quien aventaja en intuición y estilo. Es un tratado de psicología femenina de alto coturno.
Gran habilidad en ir presentando escenas separadas por muchos años de distancia, en las que sin embargo hay grandes coincidencias en acción y sentimientos. Diálogos tersos, con las palabras necesarias y ni una más de la cuenta. Gran novela.
Enero 2013