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LA VERDAD SOBRE EL CASO HARRY QUEBERT

Joël Dicker

Madrid, Alfaguara, 2013, 663 p.

 

Escribe el novelista y editor argentino Diego Erlan (18/07/13):

Lo primero que tuvo Joël Dicker fue un dibujo. Estaba en Maine, en una casa al borde del mar, y entonces dibujó eso: un hombre sentado solo en una casa al borde del mar. Y al lado escribió: “Los orígenes del mal”. Tenía 25 años y quiso utilizar esa escena y aquella frase escrita para la trama de una nueva historia. Así se le ocurrió La verdad sobre el caso Harry Quebert. Quizás esa sería su última novela.

La frase que Dicker escribió aquella tarde –“Los orígenes del mal”–, terminó siendo el título para la novela con la que Harry Quebert se consagra en la ficción como el mayor escritor de Estados Unidos, y en ella se relata la historia de amor entre un hombre de poco más de treinta años y una chica de quince en una pequeña localidad de New Hampshire. Ese manuscrito es el que se encuentra, treinta años después, junto al cadáver de Nola, esa chica de quince que desapareció sin dejar rastros. Y ese es el enigma que desarrolla Dicker a través de una multitud de personajes que se le cruzan a Marcus Goldman, un joven escritor de éxito (con su primera y única novela) que atraviesa un bloqueo creativo y siente la presión de su editor estadounidense que lo empuja a escribir otra novela porque de no hacerlo lo llevará a la ruina. Sin pretender escribir sobre el caso, empieza a investigar lo sucedido con el objetivo de salvar al único acusado, Harry Quebert, su antiguo profesor universitario y el hombre que le enseñó a ser escritor. Será Marcus Goldman quien entienda que su libro (y la verdad) será lo único que podrá salvar a su maestro de la pena de muerte.

A lo mejor está la cuestión de preguntarse si es una novela policial o no. Y esa es una pregunta que me hacen bastantes y que me plantea problemas. Porque al principio empecé a decir que era una especie de novela policíaca, pero en cierto sentido no lo es. Hubo expertos que la leyeron y dijeron que no lo era porque no se atiene a los códigos de la novela policial. Y otros decían: se parece a una novela policial pero no lo es. Y otros que sí lo era porque hay un crimen y una investigación. Con lo cual creo que la idea de la investigación llegó en un segundo o tercer momento. Primero fueron la decoración, los personajes, y en una tercera fase me acordé que estaba muerta hacía treinta años y que podría haber una investigación. Pero de hecho todo esto es un pretexto para hablar de lo que pasa alrededor de toda esta situación. Porque sabemos que Nola está muerta y lo interesante es ir descubriendo quiénes son todas estas personas que han vivido alrededor de ella. Pero durante mucho tiempo no supe que Nola estaba muerta. Y hasta dudé.

Hasta aquí Erlan. Me imagino lo siguiente: Hay que componer un rompecabezas complejo y empezamos por una de las piezas. Luego se añade otra que parece encajar, pero no. Por fin encontramos una nueva que sí encaja y luego otra y otra, que van dando una imagen distinta al paisaje que va apareciendo. Así es la novela de Joël Dicker, un rompecabezas en el que van apareciendo nuevas piezas que dan al conjunto una nueva apariencia. Y esas piezas se refieren tanto a los personajes como a los hechos, y todo ello presentado en cortes de tiempo que van desde 1975, fecha clave de los sucesos, hasta 2008. Los personajes son de lo más variado: la quinceañera Nola y su padre, el reverendo Kellergan; las compañeras de escuela Nancy Hattaway y Stefanie, que van aportando luces inéditas a los antiguos sucesos; Harry Quebert, el escritor de fama por Los orígenes del mal, principal sospechoso del asesinato; Robert y Tamara Quinn y su hija Jeremy, el potentado Elijah Stern y su chofer Luther Caleb, los policías estadales Travis Dawn y el jefe Pratt; el policía federal Gahalowood y, uniéndolos a todos, el joven escritor Marcus Goldman, empeñado en descubrir los hechos y así salvar a su amigo Harry sobre quien recaen las sospechas del asesinato de Nola treinta y tres años atrás. Pero Dicker es muy hábil en ir pasando las sospechas de culpabilidad por casi todos los personajes de su novela, hasta llegar a un final inesperado.

Junto a la trama principal, que es la policíaca, está la secundaria no menos importante: ¿cómo se hace un escritor? Harry Quebert, de fama extraordinaria por la novela que relata el enamoramiento mutuo con Nola, le va dando consejos de escritor experimental, 31 consejos, que van jalonando los capítulos; no sólo sobre la escritura, sino también sobre el boxeo, al que ambos son muy aficionados; sobre las personas, sobre la vida.

Un buen resumen de lo que uno siente cuando lee la novela es el que ofrece en la contraportada Bernard Pivot, de la Academia Goncourt: “Si usted mete las narices en esta gran novela, está perdido: tendrá que seguir hasta el final. Se sentirá manipulado, desorientado, asombrado, irritado y apasionado por una historia con muchas sorpresas y pistas falsas…”.

Julio 2013

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