UN BURKA POR AMOR
Reyes Monforte
Madrid, Ediciones Temas de Hoy, 5ª ed. 2007 (1ª 2007), 316 p.
Indignación, asombro, lástima, compasión, máxima tensión es lo que se siente al leer esta obra maestra de lo insospechado. Hemos oído de los talibanes y de la opresión de la mujer musulmana, pero uno no puede imaginarse lo insólito de ese universo indigno del ser humano, que describe Reyes Monforte al compás de lo que pasó en Afganistán María Galera, una chica adolescente de 18 años, que se enamoró perdidamente en Londres de Nasrad, un hombre afgano al que siguió a su país. Nunca mejor dicha la expresión de “enamorarse perdidamente”, porque María lo perdió todo consciente y voluntariamente por seguirle: su vida anterior, su familia, su trabajo en Londres, sus libertades, sus derechos como mujer, su seguridad, las comodidades más elementales que todos damos por supuestas en el mundo occidental y que allí no existen. Todo lo perdió por amor y ganó dos hijos que tuvo con él, Abdulah y Nuria, y logró mantener el amor de ese hombre 15 años mayor que ella. Las aventuras que pasan en ese rincón prehistórico donde vive la familia de Nasrad son para no creerse: la inquina de la suegra, que no puede ver a María y la atormenta de mil maneras; la guerra civil, que les obliga a permanecer durante meses en un hueco subterráneo; y luego, en Kabul, el hambre por falta de trabajo, la imposibilidad de salir a la calle sin el famoso burka que todo lo tapa y siempre en compañía de un hombre. Los asesinatos insólitos de niños y mujeres, por parte de soldados que matan sin motivo a quienes les da la gana y se ensañan con ellos. A ese niño de 7 años que juega con una pistola de juguete, al que se acerca un soldado y le pega dos tiros en la cabeza… A esa mujer que el viento levanta el burka y enseña la mano, por lo que la destrozan, la violan y la apedrean hasta morir.
Salir de aquel infierno le cuesta años a María, porque en la frontera de Afganistán les robaron los pasaportes y todo el dinero que traían. Cuando consigue salir es gracias a su hermana Rosie y a un empleado de la embajada española en Kabul, José, que se juega el puesto por ayudarla a escapar. Regresa por fin a Mallorca con sus hijos, vuelve a la vida, y cuando el lector cree que todo termina bien, María decide después de dos meses regresar a Kabul, porque no puede vivir sin él: “Rosie, cariño, lo siento. Lo siento mucho, Perdóname. Pero créeme si te digo que no puedo vivir sin mi marido. Que me estoy ahogando sin estar a su lado, que no quiero vivir si no es con él…”. ¿Es admirable un amor así? Desde luego, pero pobre del que lo tiene…
Menos mal que una amiga de su hermana, que viaja a Kabul con frecuencia por pertenecer a una ONG, le convence de que hará más por sí misma, su marido y sus hijos si regresa a España y desde allí reclama a Nasrad. El dinero para el avión se lo facilita generosamente un empresario mallorquín que escucha el programa de radio Punto cero en el que cuentan la increíble historia de María, esa española loca por amor que ha pasado las mil penalidades. Ahora sí, todo termina bien después de unos meses.
Basada, pues, en una historia real del mundo de hoy (Maria regresa definitivamente a España en 2007), no hay suficiente capacidad de asombro y de repulsa ante un mundo como el de Afganistán. ¿Cambiará alguna vez? Sin duda. ¿Lo veremos? Sin duda que no. Los cambios históricos tardan siglos, pero son irreversibles y todas las culturas se encaminan hacia una mayor igualdad entre el hombre y la mujer. Personas como la adolescente Malala de Pakistán permiten mantener la esperanza.
Octubre 2013