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JOSEFINE Y YO

Hans Magnus Enzensberger

Barcelona, Anagrama, 2008, 158 p.

 

Joachim, joven economista, conoce en la calle a Josefine, una antigua cantante de 75 años, a quien un motorista trata de arrebatar la cartera. Se entabla con ese motivo una relación de amistad desigual, que se va desarrollando todos los martes en casa de Josefine alrededor de una taza de té. Ella es reacia a contar su vida antigua y sólo comenta al desgaire las opiniones del joven, a quien casi siempre contradice. Pero eso no impide que se profundice la amistad, cada uno de ellos intrigado por lo que el otro es y manifiesta. Las entrevistas se desarrollan en un caserón vetusto y destartalado del Berlín antiguo, y ese viejo cascarón es un trasunto del alma de Josefine, también destartalada por los avatares de la vida que ha llevado y que poco a poco descubre a su interlocutor: cantante de éxito, casada tres veces y fracasada, sólo acompañada por Fryda, judía polaca a quien salvó y que le ha acompañado toda la vida. Cuando era joven y rica dilapidó lo que ganaba, que fue mucho en tiempo de los nazis; ahora vive en miseria disimulada, tanta, que no puede reparar la calefacción estropeada, que convierte la gran sala de estar en un frigorífico. Joachim le ayuda con disimulo, para no herir su orgullo, a reparar el viejo artefacto.

El joven por su parte viene de un matrimonio fracasado con Nadia, una rusa que le ha comido sus ahorros. Hella, una compañera de trabajo se enamora de Joachim y lo va separando de Josefine, especialmente cuando ambos van a Cambridge para un curso de tres meses. Cuando regresan, Josefine está muerta y el caserón embargado. Fryda desaparece y Joachim queda dolorido y nostálgico. El diario en el que fue anotando las conversaciones con Josefine queda olvidado, pero lo rescata 15 años después entre papeles arrumbados.

Alguien ha dicho que Josefine es un trasunto del propio autor, quien por cierto escribe esta novela en una edad parecida a la de la protagonista. Si así fuera, muestra una visión de la vida un tanto escéptica sobre las posibilidades de mejora del ser humano. No cree en el amor, aunque sí en la amistad. Disimulan ambos su falta de afectos con ironías y desplantes, pero saben que los necesitan. Dicen que sólo importa vivir el momento presente, pero no lo dicen en verdad: el pasado pesa enormemente en su vida y no pueden liberarse de él. El futuro es diferente: Josefine no lo tiene y Joachim no lo sabe. Unión de desuniones, concordancia de vidas discordantes, como la vida de muchas parejas. Gran escritor este bávaro alemán, que ganó en 2002 el premio Príncipe de Asturias.

 

Noviembre 2013

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