Caracas, Ediciones Alfa, 2012, 271 p.
Es una historia novelada, basada en las crónicas de Indias de José de Oviedo y Baños, Historia de la conquista y población de la provincia de Venezuela, publicada en 1723. Trata de la fundación de Caracas por Diego de Losada y de las matanzas de indios que tiene que efectuar desde El Tocuyo para poder llegar al valle de Caracas, donde se enfrenta a Guaicaipuro y a muchos caciques como Baruta, Naiguatá, Tiuna, Paramaconi, Guaicamacuto. Le acompaña un fraile franciscano, Salvador Cepeda, que ha embarcado en Sevilla en La Isabela, una carraca de cuatrocientas toneladas a las órdenes de Bartolomé Cepeda, hermano mayor del fraile. Ambos hermanos se despiden y Salvador, decidido a convertir indígenas a la fe, se va topando con la brutalidad y la avaricia de los conquistadores, que alejan a los indígenas de cualquier posible conversión.
Ese es uno de los motivos que hace flaquear la fe del padre, y el otro es que se enamora de Apacuana, de la tribu de los toromaymas, en la que descubre la belleza prohibida de la mujer y sus sentimientos. Después de un episodio de lucha, en la que le dan por muerto, se queda con los indígenas con los que aprende su idioma y es juzgado por los caciques, que le perdonan. Pero ya duda de todo, de un dios que rechazan los nativos por la crueldad de los que dicen representarlo y de la Iglesia, representada por la Inquisición, que lo toma preso y lo condena a pasar sus últimos días en un calabozo del castillo de Triana, a donde ha ido a parar por salvar a su hermano el capitán.
Novela dura, cuestionadora, escrita originalmente en inglés por esta caraqueña universal que es Luisa María Celis.
Diciembre 2013