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LOS ASESINOS DEL EMPERADOR. El ascenso de Trajano, el primer emperador hispano de la historia.

Santiago Posteguillo

Barcelona, Editorial Planeta, 2011, 1185 p.

 

Novela histórica sobre el período de los emperadores Galba, Otón, Vitelio, Vespasiano, Tito, Domiciano, Nerva y el comienzo de Trajano, un período que abarca desde el año 69 hasta el 99 d.C. Galba, Otón y Vitelio duran sólo pocos meses, porque son asesinados por conjuras internas apoyadas por la guardia pretoriana, pero Vespasiano, emperador querido por el pueblo, muere de viejo después de haber visto la conquista de Jerusalén por su hijo Tito en el año 70 y haber iniciado el anfiteatro Flavio, capaz de albergar a más de 40.000 espectadores.

Hay episodios tremendos muy logrados, como la lucha de los gladiadores Prisco y Vero con motivo de la inauguración del anfiteatro Flavio por el emperador Tito. Luchan durante horas y al final el emperador les declara vencedores a los dos. El autor escenifica esta lucha por lo que cuenta Marcial en sus famosos Epigramas.

También la lucha entre Marcio y Atilio, amigos desde la infancia, los dos mejores gladiadores en tiempos de Domiciano. A diferencia de su padre Vespasiano, Domiciano, hombre acomplejado, cruel y abusador, obliga a que la lucha termine en muerte. Domiciano odiaba a su hermano Tito, más capaz, mejor militar que él, buen emperador, e impidió que le socorrieran cuando fue supuestamente envenenado por él. Domiciano es un lujurioso que somete a su sevicia a las mujeres que codicia. Ha hecho infeliz a Domicia Longina, destruyendo su feliz primer matrimonio y obligándola a casarse con él, y luego a Flavia Julia, su sobrina, hija de su odiado hermano Tito. El autor ha sacado los datos sobre estos emperadores del libro de Suetonio De Vitis Caesarum, y resume en una frase acertada lo que significó Domiciano: inopia rapax, metu saevus, es decir, la necesidad le hizo codicioso, el miedo cruel.

Entre las figuras dignas de mención – aparte de los sucesivos emperadores – está Partenio, consejero de todos ellos, hábil, que sabe que Domiciano lo odia, pero lo mantiene por la información que le da. Los acontecimientos violentos que se suceden sin tregua indican que el Imperio romano está cada vez más debilitado por la incapacidad de Domiciano. Las luchas contra los dacios en el nordeste, al norte del Danubio, y contra los germanos en el norte del Rin son de una crudeza inaudita. La sangre fluye por todas partes, los degüellos a espada, los flechazos ocurren cada hora. Es una situación insostenible como lo saben bien los Trajanos, padre e hijo – los verdaderos protagonistas del relato – que aborrecen esa violencia, pero por encima de ella y a pesar de ella son leales al emperador de turno.

Hay otros personajes que se ganan al lector: Marcio, el mejor gladiador de todos los tiempos, que participará en la conjura contra Domiciano. Alana, una valiente gladiatrix, de origen sármata, de la que se enamora Marcio. La conjura para matar a Domiciano se va armando poco a poco y Posteguillo sabe mantener el suspense con gran habilidad, para que el lector no sepa si realmente va a tener éxito y por fin Roma va a lograr desembarazarse del peor emperador de toda su historia. La dificultad es grande, porque la guardia pretoriana es muy numerosa y prácticamente invencible. Ahí entra el relato en una suerte de novela policíaca, con un final inesperado.

Otro personaje sorprendente de mucha relevancia es Cachorro, un perro de raza salvado de la muerte por Marcio y que luego dará su vida por el amo. Posteguillo presenta al animal como si tuviera conciencia de lo que hay a su alrededor y de quien le quiere y de quien le amenaza.

El final de esta novela histórica coincide con el comienzo del mandato de Trajano, el primer emperador de origen hispano en Roma. Es posible que el autor continúe el relato de este período en una nueva novela. Ojalá lo haga.

Enero 2015

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