Lima, Penguin Random House Grupo Editorial, 2015, 347 p.
Isabel Allende siempre sorprende. Entre las 20 novelas suyas publicadas, ésta se va a sumar al éxito de La casa de los espíritus, De amor y de sombra, Eva Luna, Paula, Hija de la fortuna, Retrato en sepia, Mi país inventado, La suma de los días y otras más. Es una historia que se sabe inventada pero que hace falta mucha persuasión interna para convencerse de que no es real. Los protagonistas son todos muy diferentes en fortuna, experiencias vitales, carácter, relaciones entre ellos, pero todos contribuyen a la creación de una historia de vida que abarca 80 años.
La protagonista principal es Alma, una mujer muy valiosa, que se enamora desde niña de Ichimei Fukuda, un japonesito hijo del jardinero de su casa. Su casa no, porque la han enviado con ocho años desde Polonia hasta San Francisco, donde viven sus tíos que la adoptan como hija. Le cuesta adaptarse, es introvertida, llora mucho, pero logra cambiar. Sólo confía en su tío Isaac y su primo Nathaniel, además del japonés. Cuando se hace adolescente la envían a estudiar a Boston, pero ella sólo quiere aprender a pintar y llegará a convertirse en una exitosa ilustradora de ropas de seda.
Durante la 2ª guerra mundial, los japoneses que viven en USA son recluidos en campos de concentración, aunque sean Nisei, nacidos en Norteamérica. Allende los describe casi como periodista y a esos campos van a parar también los de la familia Fukuda. Con Ichimei se reencuentra cuando ya tienen 22 años y el romance se convierte en una tórrida pasión sin medida que no puede prosperar por las enormes diferencias entre ambos: raza, cultura, nivel social, presión familiar. Se separan, pero no se olvidarán nunca, aunque cada uno forme familia por su lado.
Admirable el conocimiento que muestra del alma japonesa, de su finura y detallismo, lejos del atropello y bastedad de lo americano. Varios temas de moda pero también eternos aparecen por sus páginas a propósito de uno u otro personaje: las religiones, la eternidad, el más allá, la eutanasia, el amor íntimo compartido más allá de la pareja, la homosexualidad.
La otra gran protagonista es Irina Bazili. Cuando Alma deja su mansión en Sea Cliff y se va a la casa de ancianos retirados de Lark House, Irina se convierte en su secretaria y confidente. Pero la joven ha tenido una niñez terrible en Moldavia, su lugar de origen. Su madre era una prostituta que logró salir del oficio para casarse con un norteamericano, pero este era un pedófilo que abusó de ella y puso muchas fotos de la niña en internet. Irina nunca logró recuperarse, pero en Lark House encontró una paz que le bastaba. Seth, el nieto de Alma, se enamora de ella, pero ella no tiene fuerza ni deseos para corresponder. Sólo poco a poco irá reconstruyendo una vida digna.
Otros muchos personajes: Lenny Beal, los abuelos Isaac y Lillian, Larry, el hijo de Alma, Kirsten la retrasada, Takao y Heideko padres de Ichimei, Megumi su hermana, etc. contribuyen a dar variedad e interés al desarrollo de las acciones.
Allende sabe mantener la atención hasta las últimas páginas, en las que concluye con un final inesperado muy a tono con una novela tan original.
Septiembre 2015