Barcelona, Plaza & Janés, 2014, 1150 p.
Esta novela histórica constituye el cierre de la trilogía La caída de los gigantes, El invierno del mundo y El umbral de la eternidad, en las que Ken Follett narra la historia del siglo XX europeo y norteamericano, cabalgada sobre cinco familias de distintos países que se entrelazan por amistad y matrimonios, y que padecen las situaciones terribles que les tocó vivir. Este último libro de la trilogía se centra en la Guerra Fría a partir de 1961. El levantamiento del muro de Berlín, la crisis de los misiles nucleares enviados por Jrushchov a Cuba para amenazar a Estados Unidos, la lucha de Martin Luther King por los derechos de los negros, la crisis de Vietnam en otoño de 1963 y la guerra consiguiente son varios de los jalones de esa historia. John Kennedy, presentado como un buen presidente demócrata, tiene debilidad por todas las mujeres bonitas. Sus principales opositores, que son los dueños texanos de los pozos de petróleo, que no pagan impuestos a la nación, ven en Kennedy un opositor a sus privilegios. Follet va preparando al lector para el asesinato que va a ocurrir en Dallas en noviembre de ese año 63. La conmoción mundial es enorme.
Follett sabe presentar escenas de suma tensión tanto en la Rusia comunista como en Alemania Oriental, donde las policías secretas del KGB y de la Stasi vigilan a los posibles disidentes, les apresan, les torturan y les deshacen la vida. Y cómo algunos jóvenes, poniendo en peligro su vida, logran cruzar el muro de maneras ingeniosas y muy arriesgadas.
También desarrolla la vocación musical del jovencito inglés Dave Williams, muy malo en estudios, pero bueno en la música, que choca con su padre y se va de la casa para seguir sus anhelos. Muchas escenas de los años 67 y 68 son las típicas de aquella época entre la gente joven: hippies, droga, amor libre, desenfreno, rock and roll.
El autor sabe presentar escenas terribles y crueles, como la violación de la niña vietnamita por los soldados norteamericanos. O la orden de matar a una mujer inocente, dada a Jasper Murray, para que se convierta en cómplice y no denuncie las atrocidades. Estas y otras parecidas pueden verse como un alegato contra la guerra y también contra la oscuridad sin fondo del ser humano.
Martin Luther King pierde la vida por un disparo en Memphis el 4 de abril de 1968. Poco antes había tenido un discurso emotivo en que vislumbraba la tierra prometida, sabiendo – como Moisés – que no alcanzaría a verla. La reacción de los negros en todo el país fue inmediata y muy violenta.
También pierde la vida Bobby Kennedy, con el que trabaja George, uno de los protagonistas principales. Un atentado que siega la carrera hacia la presidencia del segundo de los Kennedy, que quería suceder a su hermano. La complicada vida de pareja, para George y para otras muchas parejas que aparecen en la novela, hace que muchos busquen aventuras fuera del matrimonio.
El levantamiento de Solidaridad en 1981, que agrupa los sindicatos libres de Polonia, es brutalmente reprimido por Jaruzelski, sin necesidad de que la Unión Soviética intervenga como lo hizo en Hungría y Checoslovaquia. Reagan, recién nombrado presidente de los EE.UU., no se atreve a intervenir previamente como podría, amenazando con la congelación de los préstamos occidentales. Los presidentes norteamericanos Nixon y su crisis de Watergate, Reagan y G. H. Bush, ultraconservadores, la CIA y el FBI son muy criticados por el autor por su empeño en favorecer a los ricos y olvidarse de los oprimidos y por su falta de talento para enfrentar la política exterior norteamericana.
Una novela histórica que atrapa por el realismo de los personajes inventados que en ella aparecen y por el estilo envolvente. No es de extrañar que Follett haya sobrepasado la cifra de 150 millones de ejemplares vendidos de sus novelas.
Un último comentario: ¿Por qué ese título El umbral de la eternidad? El título original inglés es Edge of Eternity, borde, filo, canto… como si la situación final que presenta – la caída del muro de Berlín – fuera la entrada a una situación mundial deseable que durara para siempre.
Julio 2016