Barcelona, Plaza & Janés, 2007, 430 p.
Demasiado cruel y repugnante el capítulo 42, en el que Liu-Shing-Li trata de sacar información a unos católicos chinos acerca de la huída del obispo Yin Daoming, rescatado de la cárcel de Chifeng por unos arriesgados chino-americanos, después de que el pobre obispo (nombrado cardenal in pectore por el recién fallecido papa León XIV) haya pasado más de treinta años en la cárcel. Se trata de la historia de la persecución del régimen maoísta chino contra los católicos, a los que consideraban súbditos de una potencia extranjera. Fueron muchos los mártires de entonces, con una valentía heroica para no renegar de la fe.
La novela se desarrolla en la China comunista y en el Vaticano, a donde ha sido invitado Nolan Kilkenny, ex miembro de un cuerpo de élite del ejército norteamericano, especialista en espionaje y en aparatos de comunicación sofisticados, todavía no en uso del gran público. A él le encarga el papa León XIV que organice el rescate del obispo Yin, algo muy difícil por las medidas de protección máxima de la cárcel. Lo logra sin embargo, en una serie de acciones que suenan imposibles para un lector común, pero que le dan tensión y mucho interés a la novela. Junto a Kilkenny participa Roxanne Tao, norteamericana de origen chino, que logra burlar las extremadas protecciones de la cárcel. Cuando ya se llevan al obispo, los chinos del régimen descubren el complot y Kilkenny y Tao tienen que activar los mecanismos explosivos de apertura de la cárcel, por lo que mueren varios cuidadores.
León XIV ha muerto (trasunto de Juan Pablo II) tras un largo pontificado y en el cónclave convocado varios suenan como papabili. Uno de los cardenales, Gagliardi, tiene un sobrino que es jefe de la camorra siciliana, y le revela los esfuerzos del Papa por sacar al obispo, a quien ha nominado cardenal in pectore. El sobrino se lo transmite a las autoridades chinas, que están a punto de impedir la huída del obispo Yin, y luego desatan una persecución total, toque de queda incluido. El conocimiento de los cardenales de que el obispo Yin es cardenal in pectore les estimula a votarlo como posible pontífice, lo cual complica las elecciones del nuevo Papa.
La persecución de los fugados con el cardenal Yin es digna de una película de acción, Un helicóptero del ejército popular chino les atisba y abate a uno de los pequeños aviones Bat en los que huyen, pero otro de los Bat, se estrella contra el helicóptero para acabar con la persecución y salvar a Yin. El final de la persecución es terrible. Peng, cuyos padres habían sido ejecutados como católicos, salva a Kilkenny de una muerte cierta. Peng es el ayudante de Liu y mata a éste cuando Liu ha derrotado a Kilkenny a la orilla del lago que hace frontera con la India.
Al cardenal Yin le lleva Alitalia a Roma, justo cuando acaban las votaciones del cónclave que lo elige como Papa. Acepta y adopta el nombre de Wenyuan, en memoria de san Pedro Liu Wenyuan, mártir de la fe.
La novela une la intriga, la tensión de la acción como en toda novela policíaca, el recargo sentimental contra los chinos maoístas, el conocimiento de cómo funciona la curia vaticana: elementos muy dispares y bien coordinados. La novela está inspirada en el cardenal chino Kung que sufrió lo mismo que el protagonista y que consiguió ser liberado y murió en Conneticut en el año 2000.
Maracaibo, febrero 2017