Barcelona, Tusquets Ediciones, 2017, 327 p.
Este título original hace referencia a la costumbre antigua de besar el pedazo de paz que se había caído de la mesa, como símbolo de agradecimiento a Dios por tener este alimento tan importante en tiempos de gran escasez. ¿Qué tiene que ver el título con el contenido de la novela? Almudena Grandes es de familia republicana y el título no hace referencia a nada religioso, sino a la posible recuperación de alimento emocional y familiar en vidas apremiadas por la escasez de afecto y el fracaso personal. O, como dice un comentarista de la novela en Internet, copiando en parte la contraportada del libro:
«¿Qué puede llegar a ocurrirles a los vecinos de un barrio cualquiera en estos tiempos difíciles? ¿Cómo resisten, en pleno ojo del huracán, parejas y personas solas, padres e hijos, jóvenes y ancianos, los embates de una crisis que «amenazó con volverlo todo del revés y aún no lo ha conseguido»? Los besos en el pan cuenta, de manera sutil y conmovedora, cómo transcurre la vida de una familia que vuelve de vacaciones decidida a que su rutina no cambie, pero también la de un recién divorciado al que se oye sollozar tras un tabique, la de una abuela que pone el árbol de Navidad antes de tiempo para animar a los suyos, la de una mujer que decide reinventarse y volver al campo para vivir de las tierras que alimentaron a sus antepasados. En la peluquería, en el bar, en las oficinas o en el centro de salud, muchos vecinos, protagonistas de esta delicada novela coral, vivirán momentos agridulces de una solidaridad inesperada, de indignación y de rabia, pero también de ternura y tesón. Y aprenderán por qué sus abuelos les enseñaron, cuando eran niños, a besar el pan.
«Los besos en el pan es una novela coral, llena de noticias del aquí y ahora, que, como en un gran fresco, pinta un año en la vida de estas gentes que se reparten en tres generaciones, ofreciendo así el contraste del tiempo. En su mayoría pertenecen a las clases medias y populares, con predominio de las figuras femeninas y perfiles que permiten a la autora desarrollar sucesos o situaciones representativas: el hambre infantil en las aulas desde la maestra Sofía Salgado, el desmantelamiento de la sanidad pública desde la ginecóloga Diana y sus compañeros, las estafas bancarias (hipotecas o preferentes) desde la abogada Marita y los afectados-víctimas, la burbuja inmobiliaria desde el arquitecto técnico Sebastián o el joven Toni, la amenaza de las competidoras chinas explotadas por las mafias desde la peluquera Amalia, la tentación yihadista de Ahmed desde la miseria y la desesperación en que vive su familia… Hay además periodistas, policías, emigrantes de variada procedencia, adolescentes combativos, universitarios, amas de casa, una asistenta, parados de larga duración… La ligazón entre las numerosas piezas de este puzzle está muy bien resuelta a partir de los lazos familiares, la amistad, las relaciones laborales o la frecuentación de espacios como el bar, la peluquería o el edificio ocupado, si bien más de un percance o situación se fía en exceso a la casualidad y la coincidencia.»
Escrita con gran soltura y sentimientos encontrados, la autora hace participar al lector de las mismas contradicciones en las que flotan hoy y siempre los seres humanos. Una inmensa mayoría de los españoles de hoy se sentirán reflejados en estas inolvidables páginas.
Julio 2017