LA GANADORA
David Baldacci
Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1998, 438 p.
LuAnn Tyler, una preciosa mujer de 20 años, es la ganadora de la lotería La Primitiva y su premio es de cien millones de dólares. LuAnn es una mujer muy pobre que vive en una caravana con Duane Harvey, repartidor de drogas, borracho consuetudinario, un pobre hombre en todos los sentidos. LuAnn ha tenido con él una preciosa niña, Lisa, a quien le espera un futuro tan triste como a la madre, que cambia súbitamente con el gran premio de la lotería. ¿Cómo lo ha obtenido? Porque el señor Jackson se lo ha ofrecido para sacarla de la pobreza. ¿Y cómo puede amañar Jackson los resultados del sorteo? Con estas acciones tan peregrinas comienza esta novela policíaca, que va a tener muchas alternativas de personajes y situaciones.
Ellos dos, LuAnn y Jackson, son los protagonistas principales de la novela. Jackson es un hombre muy inteligente, capaz de disfrazarse y maquillarse tan bien, que puede aparecer como hombre de todas las edades e incluso como mujer. Tiene un taller donde se fabrica toda clase de identidades, irreconocibles como falsas. Vive en la opulencia y se complace en manejar a su antojo a quienes ha hecho ganadores de la lotería y enriquecerse con los réditos. Es capaz de matar sin ningún escrúpulo a los que sospechan de él o se apartan de sus mandatos y lo hace sin dejar huella. Es el perfecto asesino imposible de descubrir.
LuAnn encuentra en la caravana a Duane borracho como siempre, pero herido por uno que venía a cobrarle sus deudas como traficante de cocaína. Ante el ataque del visitante LuAnn, que es fuerte y decidida, le estrella en el cráneo un objeto contundente y lo deja como muerto. Escapa con su hija y se refugia con una amiga que comparte el trabajo como asistenta en un parador de grandes camiones de transporte. Jackson conoce ese episodio y lo usa como cebo atractivo para que LuAnn gane la lotería y se vaya por diez años fuera de los Estados Unidos como mujer millonaria, evadiendo impuestos y con otra identidad.
Después de 10 años LuAnn regresa con la niña ya grandecita y con Charlie, antiguo empleado de Jackson, que ejerce como tío de la inmensamente rica mujer. Por supuesto Jackson se entera y comienza una persecución a muerte contra LuAnn, porque teme que ella descubra las trampas con las que él amañaba la lotería.
Un periodista pertinaz e inquisitivo sospecha de las trampas de la lotería y persigue a LuAnn para obtener información, pero Jackson descubre sus intenciones y lo sentencia a muerte. Matt Riggs, constructor de la valla que rodea la mansión de la millonaria, también pone en riesgo su vida al aproximarse afectivamente a LuAnn. La cosa se complica cuando se sabe que Riggs perteneció al FBI y que este organismo sigue en su empeño –postergado los últimos diez años- de capturar a LuAnn como supuesta asesina, evasora de impuestos y cómplice en el fraude de la lotería.
No voy a seguir contando la historia. El autor sabe poner una dificultad tras otra tanto a los que persiguen a LuAnn como a los que la defienden. El final de la historia lo indica el mismo título de la novela, un final muy al estilo americano, pleno de dicha para los buenos y de muerte para los malos.
Me parecen un poco exagerados los caracteres. Jackson, el psicópata asesino, pleno de recursos inverosímiles para llevar adelante sus planes diabólicos. LuAnn, la mujer bellísima, es además una atleta, a la que no se le pone nada por delante para escapar y luego atacar a Jackson. Otros muchos personajes se entrelazan en la trama que desde el principio se sospecha que no puede terminar mal. Aceptando esas limitaciones de corte psicológico en los personajes, vale la pena leer la novela, típico thriller que extrema las situaciones de peligro, pero a las que no sucumben los protagonistas decentes.
Junio 2019