CÓMO MATÉ A MI PADRE
Sara Jaramillo Klinkert
Barcelona, Penguin Random House Mondadori, 2020, 187 p.
¿Qué piensa el lector al tomar en sus manos una novela con este título? ¿Algo terrible, loco, escalofriante, exagerado? En la última página explica la autora lo que quiso decir:
“Muérete ya, de una buena vez. Deja que tu fosa sean las hojas de este libro y que, en vez de cubrirte de tierra, lo haga con todas esas palabras que callamos… […] Te mato con palabras porque son la única arma que poseo. Te mato porque estoy cansada de intentar mantenerte vivo en mi cabeza. Te mato para que puedas vivir en este libro.”
Matar quiere pues decir, dejar descansar, que su recuerdo doloroso sea incapaz de seguir atormentando la vida de Sara, que cuando tenía once años sufrió en Medellín la muerte de su padre por un sicario que lo asesinó de un solo disparo: “Todavía me cuesta creer que apenas treinta y cinco gramos de acero y un gramo de pólvora hayan podido acabar con una familia”. Es novela autobiográfica, es una entrega desnuda de su alma al lector, que queda maravillado de su lenguaje poético, muy original y creativo, en el que las plantas y animales se introducen en estas páginas con derecho propio y ocupan un lugar casi fotográfico. Sara es una poetisa original, transparente, hermosa. Y hay momentos en que se convierte en una mujer enfadada, que rechaza al que se le acerca, que no sabe por qué su vida es como es.
Describe a sus hermanos y a la madre, una mujer que sufre hacia adentro, que comulga con la naturaleza, que pregunta a las nubes, al sol y a las estrellas por qué pasó lo que pasó. Sara la quiere, la admira, se entiende con ella sin palabras, es ella misma tal como será en el futuro. Tiene un hermano mayor, Santiago y unos menores, trillizos, cada uno diferente del otro, ni
siquiera parecen hermanos: David, el artista, que vive en una nube, desconectado de este mundo; Tomás, el pelirrojo invisible, que no termina de salir de la niñez, y Pablo, el drogadicto, el perpetuo inconforme, rechazado por todos y que termina mal su vida. Sara no quiere tener hijos, rehúye entregar su amor a seres que se le van a escapar. Es la gran solitaria.
Más que una novela es un estudio profundo del polígono de muchos lados que es el ser humano. Todo lector encontrará su propio ángulo, ojalá que sea el poético, el sensible, el maravilloso ángulo de ver y sentirse parte de una naturaleza preciosa, cercana, interior a uno mismo. Y que acepte acercarse a otros ángulos torcidos, desbaratados, para tratar de ayudarles de las mil originales maneras que inventa todo ser humano bueno.
Enero 2021.