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LA REINA DESCALZA

Ildefonso Falcones

Barcelona, Randon House Mondadori, 3ª ed. 2013, 748 p.

 

Magnífica novela costumbrista, situada a mitad del siglo XVIII, en la Triana gitana de Sevilla, aunque luego se extiende a Madrid. Retrata el mundo gitano, su cultura – tan distinta de la paya o blanca – su lenguaje, sus sentimientos, su sentido de la dignidad, que es su mayor valor, las familias que por orgullo viven muy unidas, pero que se odian a muerte si uno ofende o traiciona y se matan al estilo de las mafias italianas.

A Falcones le gustan las novelas históricas y tanto en La catedral del mar como en La mano de Fátima, este autor se recrea en presentar hechos históricos de una manera muy atractiva por los personajes que los encarnan, muchos de ellos de origen humilde y perseguido. Aquí son los gitanos, despreciados por los payos o no gitanos, que logran sobrevivir y mantener sus costumbres a pesar de los desprecios y persecuciones. Los personajes que van aparecieron captan al lector, lo involucran, casi que conviven con él.

Caridad es una negra voluptuosa que ha sido dada en libertad por su amo en el viaje desde La Habana a Cádiz. El amo ha muerto en el viaje. Es una mujer de 25 años, callada, triste, porque no la dejaron viajar con su pequeño hijo Marcelo, que tuvo en la hacienda donde era esclava. Cuando llega a tierra española no sabe a quién dirigirse y termina en el barrio gitano de Triana, en Sevilla. Varios le ayudan, pero uno, no de la raza gitana, la convierte en prostituta hasta que ella logra escaparse. Fray Joaquín le ayuda, porque ella sabe cómo preparar el tabaco y en el convento todos fuman. La que más le ayuda es Milagros, una gitana salerosa de la familia Vega, a quien su padre ya ha prometido en matrimonio; pero ella se ha enamorado de un gitano de la familia enemiga de la suya, los García, y eso va a causar problemas graves,

asesinatos y venganza estilo mafia. Todo eso lo ve Caridad, quien poco a poco se va convirtiendo en la única amiga de Milagros.

Melchor es el abuelo, jefe de los Vega, que pasó más de diez años remando en las galeras, de donde vino demacrado y roto, pero con el alma entera. Más que a su hija, Ana de nombre, casada con José Carmona, para Melchor es su nieta Milagros a quien que él adora. Cuando ve que su nieta protege a Caridad, la negra, él también pasa a protegerla, porque en ese barrio todos la miran con codicia libidinosa. María es una mujer mayor, que sabe de yerbas y es curandera. Ella protege a Caridad, pero terminan asesinándola.

Se suceden las aventuras y las desgracias causadas por una pragmática sanción del emperador Fernando VI, como consecuencia de la cual los soldados encarcelan miles de gitanos en los astilleros de La Carraca y a las mujeres y niños menores de 7 años los llevan a Málaga. Pero ese decreto es del todo insostenible y van soltando a los que pueden demostrar – muchas veces con papeles falsos, comprados a los jueces y a los párrocos – que son bautizados y casados por la Iglesia, que no visten como los payos, que no trafican con tabaco, etc. Ana no logra salir de la cárcel malagueña porque incitó a la rebelión contra esa orden injusta.

No voy a contar lo que va sucediendo, porque es mucho y a veces terrible: asesinatos dentro de la propia familia de los Vega, abusos de todo tipo contra la negra Caridad, que se pierde en Madrid y los vigilantes la apresan y un tribunal la condena a la cárcel por dos años. Una vez liberada por una compañera de prisión, ya en libertad después de cumplir su condena, pasa a Torrejón de Ardoz a encargarse de unos cultivos de tabaco que posee el párroco. Es admirable el conocimiento que tiene Falcones de estos cultivos y de la manera de convertirlos en tabaco de excelente calidad.

Las descripciones de lo que va pasando ponen los pelos de punta. Caridad se enamora del viejo Melchor, que siempre la ha tratado con amor y dignidad. Pedro García, el esposo de la pobre Milagros, la obliga a prostituirse con los nobles de la corte para sacar mucho dinero con el que él se dedica al vicio. Las escenas de violencia y abuso se suceden una tras otra y el lector sabe que van a ir muriendo al filo de la navaja los que tratan de enfrentarse a quien ofendió su dignidad. Melchor Vega y Pedro García se enfrentan en una pelea

desigual y sorprendente. ¿Quién sale victorioso? El lector lo averiguará en las últimas páginas de esta ardiente novela. También es fácil de averiguar por qué esta novela se titula La Reina descalza. Le dejo al lector que vea qué tiene que ver Milagros con ese título.

Así como La catedral del mar se convirtió en una hermosa serie televisiva, seguro que ocurre lo mismo con La Reina descalza. Falcones lo merece.

Enero 2021.

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