In Reseñas de libros
Califica esta reseña
Gracias

LA SANGRE DE LOS INOCENTES

Julia Navarro

Barcelona, Random House Mondadori, 5ª ed. 2011 (1ª en 2007), 780 p.

 

Las luchas entre los hombres por toda clase de motivos han sido constantes en la historia, por motivos religiosos también. La de los cátaros y la Iglesia en el siglo XIII constituye la portada de esta novela de Julia Navarro, y sus consecuencias van a llegar hasta el siglo actual. La sangre de los inocentes debe ser vengada, y esta frase de rencor y odio atraviesa todos los tiempos. Los condes d´Amis son los herederos de Montsegur, los que han mantenido la herencia de los cátaros, que aborrecen la cruz y buscan el Grial, el supuesto cáliz de la Última Cena que les va a dar un poder absoluto sobre todo el mundo. Fray Julián, un monje dominico secretario de la Inquisición, no está de acuerdo con las ejecuciones de los cátaros, pero teme enfrentarse a Fray Ferrer, el sádico inquisidor. Confía todo lo que ve y siente a unas crónicas, que van a ser leídas con espanto por muchos y que concluyen en que alguien vengará “la sangre de los inocentes”.

Un profesor francés, casado con una judía, conoce el manuscrito de fray Julián y lo traduce admirado de su contenido, pero a él le toca padecerlo, porque su esposa va a Alemania (estamos en 1938), y los nazis la matan a pesar de su nacionalidad francesa. Él ha enviado a su hijo a Israel y éste se salva de la matanza nazi, pero no de las luchas entre palestinos y judíos, que acaban por quitarle la vida.

La parte principal de la narración se desarrolla en los momentos actuales y es una novela policíaca: cómo van descubriendo los cuerpos de inteligencia europeos y americanos una gran confabulación por parte del conde d´Amis y los musulmanes para destruir el mismo día de Viernes Santo tres santuarios cristianos donde se guardan reliquias de la Santa Cruz: santo Toribio en Santander, la basílica de la Santa Cruz en Roma y la del santo sepulcro en Jerusalén. Lo que no saben los musulmanes es que simultáneamente otro grupo radical va a destruir la basílica de Estambul donde se guardan reliquias de Mahoma.  Por encima de todos está una mente perversa que quiere de esa manera desatar una guerra mundial de religiones. Poco a poco, gracias a la inteligencia de los cuerpos de seguridad radicados en Bruselas y sobre todo gracias al padre Ignacio Aguirre, jesuita que ha trabajado siempre para el Vaticano, la confabulación se va descubriendo y se logra salvar los monumentos, aunque perecen muchas personas.

Julia Navarro muestra su horror por el fanatismo radical musulmán y su trato a las mujeres, que ya mostró en Dispara, yo ya estoy muerto. Es un tema recurrente y se puede ver en ello un aviso del peligro de la radicalización islámica en España.

La novela está maravillosamente escrita, con gran habilidad para ir desvelando lentamente conexiones entre los grupos radicales, sin que el lector adivine qué va a pasar el final, que no es un final feliz ingenuo, sino que deja muchas preguntas en el aire sobre el futuro y la capacidad de los radicales de provocar una hecatombe.

 

Mayo 2014

Recent Posts

Leave a Comment