EL CONVERSO
José Manuel Fajardo
Ediciones B, Barcelona, 2ª reimpresión 1999 (1998), 349 p.
Las aventuras de dos grandes amigos, a quienes junta el destino en diversos lugares a lo largo de la azarosa vida que ambos llevan a comienzos del siglo XVII por tierras y mares de Europa y América. Thomas Bird, nativo de una isla que es colonia inglesa del Atlántico, quiere regresar a Inglaterra tras la muerte violenta de su padre a bordo de su polacra, navío en el que ha hecho correrías de pirata y ganado algunos dineros. Aborda para ello en La Habana el San Juan de Gaztelugache, galeón español que pertenece a la flota de Indias de regreso a Sevilla. En el galeón coincide con Cristóbal Mendieta, paje de la noble y joven dama Catalina, de la que se enamora sin remedio. Los malos manejos derivados del orgullo de su capitán provocan la separación de la flota, por lo que afronta una espantosa tempestad y el abordaje posterior de varios navíos piratas que separan por vez primera los destinos de ambos hombres, unidos y enfrentados por el amor a Catalina. Mendieta ha nacido en Cartagena de Indias, domina varios idiomas y eso le valdrá para servirse como intérprete y escribano en diversas ocasiones. Es judío de origen, pero tiene que disimular su condición y eso le llevará a tejer grandes mentiras sobre su vida y así sobrevivir. También el inglés recurre a historias inventadas que expliquen las razones de su viaje y estas historias, muy bien tejidas, les llevan a los dos personajes a crear otras historias para tapar las primeras mentiras… Ambos ocultan realidades que el lector va descubriendo a medida que avanza la historia.
Las aventuras se suceden, cada uno por tierras distintas. Mendieta es herido y apresado por los piratas moriscos, después de la tempestad y es llevado a la república pirata independiente de Salé en el norte de África donde pasa trabajos sin cuento, hasta que un capitán holandés pirata lo pone a su servicio. Cristóbal se casa con una morisca. Pasan los años y se convierte en un hombre importante dentro de ese territorio.
El inglés por su parte llega a Sevilla, soñando siempre con Catalina, que se muestra esquiva y emigra hacia el norte, a donde la sigue Bird, pero inútilmente, pues la dama aspira a enlaces superiores. Así se lo hace saber con crueldad y Bird, se enrola en un navío rumbo a su tierra de origen. En el viaje de regreso su navío es desarbolado por piratas y cae preso de ellos, que lo llevan a Salé. Allí lo reconoce el judío Mendieta, ahora en puestos de responsabilidad, y le ayuda secretamente a recuperar su libertad, sin que el otro sepa a quién se la debe.
La historia sigue por otros derroteros, ambos personajes envejecen y se encuentran en Londres, cargados de experiencia y de sabiduría de la vida. Las reflexiones finales tienen un cierto sabor estoico y de resignación, no exento de ironía.
El lenguaje está muy bien logrado. El estilo más bien ampuloso, las expresiones y exclamaciones de los protagonistas, su mundo de referencias, la filosofía de la vida que trasparentan llevan al lector con fuerza al siglo XVII. El autor reconoce agradecido la documentación que ha usado, pero no hay duda de que su ingenio y su gran capacidad de asimilación e inventiva producen una novela original y muy agradable de leer.
Abril 2003