EL FUTURO TIENE SU HISTORIA. EL RETO DE COMPRENDER
Henrique Salas Römer
Branford, Ct., 2019, 474 p.
Henrique Salas Römer ha sido parlamentario, gobernador del Estado Carabobo y candidato presidencial. A él le impresionó la tesis del filósofo español José Ortega y Gasset de que los ciclos y los procesos históricos están matemática-mente vinculados a los relevos generacionales. La historia humana se mueve en ciclos de 30 años más o menos y los relevos generacionales cada 15 años. Salas estudia por tanto los procesos históricos ocurridos entre 1899 – inicio del protagonismo de Estados Unidos al conquistar Cuba – y 2019, para concluir que estamos en un momento de cambio de ciclo en el que concurren tantas variantes que es difícil saber hacia dónde se encaminará la humanidad.
Los ciclos que examina con detalle entre esas dos fechas – 1899 y 2019 – son los siguientes (p. 29):
1899: Estados Unidos aparece en la escena global.
1914: estalla la Primera Guerra Mundial.
1929: La Gran Depresión.
1944: La conferencia de Breton Woods acuerda las bases del Nuevo Orden Mundial.
1959: se inicia la Carrera Espacial.
1974: el embargo petrolero árabe genera una recesión global.
1989: cae el Muro de Berlín y Estados Unidos emerge como potencia hegemónica mundial.
2004: Estados Unidos ocupa a Irak luego de su invasión y destruye el equilibrio geopolítico al este del Golfo Pérsico.
2019: ya lo veremos. Allí terminará nuestra travesía temporal.
El autor señala cómo la oposición a Estados Unidos se ha ido trasladando, después de la elección de Chávez, desde el Medio Oriente hasta la Hoya del Caribe, el “patio de atrás”, como dicen los norteamericanos, y cómo éstos han sido totalmente ciegos para caer en la cuenta de esa amenaza. Porque en Venezuela confluyen ahora sus enemigos tradicionales: Rusia, Irán, Cuba, los grupos terroristas musulmanes y colombianos (Hezbollah, las FARC, el ELN), pero el actual presidente de USA juega su propio juego, que es ser reelegido a fines de 2020 y apenas comienza a prestar atención a lo que ocurre en Venezuela. China entra en esa oposición a USA, pero desde el punto de vista económico y de inteligencia artificial.
Fidel Castro está presente permanentemente en esta narración por su astucia, su atrevimiento y su juego político, financiado primero por Rusia y luego por Venezuela. El autor detalla la adoración que Chávez sintió por Castro y cómo le entregó el país. En cambio, Fidel no se mostró tan entusiasmado por el caudillo venezolano, sino que lo usó para sus fines económicos y políticos.
La creación del Foro de São Paulo en 1990, compuesto por todos los partidos y grupos guerrilleros de Latinoamérica y presidido por Fidel Castro, Lula da Silva y Daniel Ortega, fue financiado por Chávez, ayudado por el boom petrolero de esos años.
Venezuela está actualmente ocupada por unos 22.000 cubanos: militares que entrenan a los grupos paramilitares, que hacen espionaje interno contra los militares descontentos, que llevan la documentación civil y ejecutan tareas represivas como el control de las manifestaciones y la tortura. Citando a Luis Almagro afirma que “Queda claro que el régimen de Maduro perdió el control territorial del país en beneficio de estos grupos, que van desde el crimen organizado al narcotráfico o la minería ilegal, y ha convertido Venezuela en un centro de logística criminal que impide la estabilidad y la paz continental” (p. 377). Uniendo el trabajo de Salas Römer con el de María Werlau (“La intervención de Cuba en Venezuela: Una ocupación estratégica con implicaciones globales”) «Cuba se apodera de toda la data de identidad de los venezolanos, maneja las comunicaciones, el ‘social media’ (redes sociales). El programa para monitorear esto se llama Estela. En Cuba tienen acceso a toda la identidad de los venezolanos; ni te hablo del padrón electoral», comenta la autora. «No necesitas una fuerza militar ni armas en la calle para tomar un país», explica Werlau sobre su concepto de ocupación asimétrica».
El éxodo de más de 4 millones de venezolanos no tiene precedentes en Latinoamérica, menos aún, porque Venezuela fue tierra de inmigración y acogida durante todo el siglo XX. Colombia alberga a un millón 300.000 y es muy factible que las cifras crezcan, lo cual causa muchos problemas en los países receptores. El hambre, la falta de medicinas, la violencia y la inseguridad creciente son los principales factores de ese éxodo.
El ataque de Osama Bin Laden a las Torres Gemelas de Nueva York en septiembre de 2001 cambió la historia, porque llevó al presidente George W. Bush a decretar la invasión de Irak por la posesión de armas nucleares, pretexto que se confirmó falso, pero sirvió para destruir el frágil equilibrio geopolítico en esa región y en todo el mundo.
Mirando al futuro próximo, “La inteligencia artificial cambiará el mundo más que cualquier otro acontecimiento en la historia de la humanidad”, frase del empresario chino Kai-Fu Lee citada por Salas Römer (p. 353). La velocidad de comunicación, prácticamente instantánea entre todos los que manejen la G5, la acumulación de datos en la nube, la sustitución del trabajo manual por robots… crearán un mundo nuevo, pero también acarrearán la pérdida de empleo en todos los países para millones de trabajadores. Se estima que la inteligencia artificial estará en capacidad de reemplazar entre el 40% y el 50% de los empleos en los Estados Unidos.
Salas Römer concluye que estamos en 2019 finalizando un ciclo y que pueden ocurrir muchas cosas que cambien el mundo en los próximos años. Él aventura las siguientes como posibilidad:
— ¿Una guerra entre potencias continentales y extracontinentales por espacios en la Hoya del Caribe?
— ¿Una profunda recesión económica mundial?
— ¿Un ataque cibernético de origen no identificable que deje sin luz o comunicaciones a los Estados Unidos?
— ¿El debut de la OTAN en las Américas?
— ¿Un cataclismo climatológico que obligue a cambiar totalmente las prioridades de la Humanidad?
Lo que nadie podía sospechar es que surgiera la pandemia del coronavirus en diciembre de 2019 en Wuhan, una ciudad china de once millones de habitantes, que se ha extendido ya a 17 países y ha cobrado miles de vidas. El brusco descenso de las bolsas de todo el mundo, la drástica reducción del turismo a nivel mundial, el recorte en las transacciones comerciales y otras consecuencias económicas, pueden llevar a una recesión económica sin precedentes, como apuntaba Salas Römer sin sospechar la causa.
Concluye el autor con un pensamiento de futuro que es más un deseo que una proyección de lo vivido hasta ahora: “En la nueva época, cuando la aceleración de los cambios desafía más y más nuestra capacidad de adaptación, es preciso enfocarnos ya no solo en lo que queremos ser en el mundo que conocemos, sino en ese mundo hoy inimaginable que en apenas quince años va a existir” (p. 434).
¿Qué nos puede ayudar a visualizar un mundo futuro mejor que el que conocemos? La fe cristiana, para nosotros los creyentes, que nos impulsa a ser creativos en el amor a Jesucristo y a los demás; el humanismo inteligente, en muchas personas de buena voluntad que no son creyentes, pero que son capaces de aprender de los muchos errores de los que dirigen el mundo actual.
Febrero 2020.