LA DOCTORA COLE
Noah Gordon
Madrid, Suma de Letras, 5ª ed. 2000 (1999), 489 p.
Esta novela concluye la historia de la familia de médicos Cole, que se inicia en la brumosa Inglaterra del siglo XI con “El médico”, y que luego sigue en la Norteamérica del siglo XIX con “Chamán”. Algunos de ellos poseen el Don, una facultad para conocer a través de las manos del paciente su muerte cercana. La novela se desarrolla al comienzo en Cambridge (Mass.) y nos presenta a la doctora Roberta J. Cole, “R.J.” como le dicen en la historia, recién divorciada y dispuesta a rehacer su vida fuera del tráfago de los grandes hospitales e instalarse como médico familiar en algún lugar tranquilo en el zona rural del estado. A la decisión ha colaborado la persecución que la liga antiabortista tiene montada contra los médicos que ayudan al aborto. La doctora Cole es una de ellos, pero no lo hace sin conciencia, sino por la convicción de que sus pacientes lo habrían de hacer de todas formas, pero con mucho mayor riesgo. Este es uno de los temas espinosos que aborda el autor sin demasiados rodeos presentando las situaciones directamente, tratando de resaltar más el lado humano de la realidad y de no perderse en etéreas consideraciones morales.
El autor presenta con calidez a los diversos personajes que van apareciendo y que llegan a conquistar al lector: el viejo doctor Cole, padre de R.J., hombre de fuerte temperamento y gran amor por la hija; Sarah y su padre David Markus, el amor que pudo haber sido y no fue; Toby la enfermera y amiga de R.J.; la colega y amiga Gwen. Entre todos se va entretejiendo una historia de soledades y búsquedas, de amores perdidos y vueltos a encontrar, de luchas contra un ejercicio de la medicina cada vez más deshumanizado a pesar o precisamente por su gran despliegue tecnológico. Las estaciones climáticas se suceden, con particular resalte de los crudos inviernos, imagen muchas veces de lo que pasa en el alma de los personajes. La doctora R.J. logra el afecto de los habitantes de la zona por su gran dedicación y humanismo, cosa que es distintiva en los médicos de esta familia. Todo el mundo la llama, ella acude a todas partes y se va encontrando con toda clase de situaciones difíciles. El final de la novela (no voy a contarlo) es discutible; deja la sensación de que se resuelve el problema afectivo de la protagonista de una manera demasiado individualista.
El estilo de Gordon es directo, sin grandes alardes literarios, que no hacen falta en estas historias médicas, descritas con gran detalle científico, como de escritor que se ha preparado concienzudamente para sumergir al lector en los pormenores del ejercicio de una medicina, a veces difícil, a veces arriesgada y siempre de hondo contenido humano. Las 5 ediciones de la novela en tan corto tiempo dan fe de la recepción del público de habla hispana, prueba de que cuando un escritor sabe presentar situaciones cargadas de emoción y realismo, el lector responde. Enero 2002