ROJO BRASIL
Jean-Christophe Rufin
Barcelona, Ediciones B, S.A., 2002, 435 p.
Novela basada en un hecho histórico, en una expedición francesa, que a mediados del siglo XVI reivindica para la corona un territorio en el Brasil actual y al que llama la Francia Antártica. Al frente de la expedición está un personaje extraño, el almirante Villegagnon, mezcla de Quijote y de Calvino, aunque católico, soñador idealista, intransigente y cruel. Somete a la tripulación de las tres naves a sus visiones afiebradas, obliga a un trabajo agotador para construir un fuerte en la isla a donde arriban en la bahía de Guanabara, para lo que tiene que acabar con todo lo vegetal que existe y depender de la costa firme para el agua y las provisiones. Se enfrenta a quien no comparte sus molinos de viento y lo castiga con frialdad y dureza alucinantes.
De la expedición forman parte seis niños, llevados para que aprendan el idioma de los indios y puedan servir de intérpretes. Tres de ellos son importantes en la narración: Martín, el adolescente mendigo que acaba como jefe de bandoleros, y la pareja de hermanos Just y Colombe, a quienes va a impactar de modo diferente el Nuevo Mundo. Mientras que Just se va haciendo cada vez más adicto a Villegagnon, a quien admira por sus ideales y empuje y de quien llegará a ser su lugarteniente, Colombe rechaza la violencia que se hace a los indios. Su sensibilidad y belleza de origen italiano le hace fácil la comunión con la naturaleza y su integración al mundo de los indios tupí. Aprenderá su lenguaje y su forma de entender la vida y la naturaleza. Siempre mantendrá sin embargo una última reserva cultural que le impedirá identificarse totalmente con ellos y perder su identidad. El nombre de Colombe está bien escogido como símbolo de una visión idílica, muy de actualidad por cierto, acerca de un mundo indígena en perfecta armonía con la naturaleza, dentro de un paraíso natural y social de dudosa existencia real.
La acción se desarrolla en la bahía de Guanabara, todavía intocada por los conquistadores portugueses. El fuerte que construyen Villegagnon y los suyos en la isla es de una desmesura sólo comparable con los sueños locos del almirante de conquistar toda América. Las penalidades y miserias que sufren en ese trabajo se ven agravadas cuando llega una expedición de hugonotes, que enfrentan con su fanatismo religioso la intransigencia de Villegagnon. Se suceden escenas de violencia que concluyen con la expulsión de los hugonotes. Mientras tanto Colombe ha adoptado la forma de vivir de los indios y conoce a Pay-Lo, un antiguo misionero francés, que lleva 50 años asimilado a los indios, convertido por ellos en oráculo. El final de la novela es benigno, con un Villegagnon derrotado en su interior y de regreso hacia Francia, mientras que Just y Colombe adoptan la vida de los indios y se quedan entre ellos.
La corona portuguesa queda criticada en un personaje bufo, anormal, chabacano y cruel, que recibe el encargo de enfrentar a los franceses y conquistar el fuerte. La acompañan algunos jesuitas – se nombra expresamente al P. Anchieta – presentados como paradigma de la intransigencia conquistadora.
Rufin posee un estilo literario agradable. La novela se lee con gusto e invita a conocer otras obras del mismo autor.
Agosto 2002