LOS HIJOS DE LA LUZ
César Vidal
Bogotá, Random House Mondadori, 2005, 342 p.
“En 1778, en una tranquila ciudad de Baviera, una inquietante carta cae en manos del inspector de policía Wilhelm Koch. Firmada con el nombre de Espartaco, habla con odio y amargura de la injusticia de la sociedad y de la necesidad de destruir el orden social. Koch se enfrenta a la peor amenaza de su vida: para interpretar la carta e identificar al misterioso Espartaco, pide ayuda a Lebendig, un sabio grafólogo cuyo a análisis de los escritos llevará a los dos a emprender una peligrosísima investigación. Este fascinante caso descubrirá un complot nacido en las logias masónicas y urdido por la oscura sociedad de los Illuminati, un grupo inspirado por tratados de demonología, brujería y asesinatos.
Años después, en 1793, se produce la decapitación de un reo en la guillotina instalada en la plaza de París con un testigo de excepción… ¿Qué vínculo hay entre la investigación que se desarrolla en Baviera y ese personaje que se halla en la convulsa y caótica capital francesa?
César Vidal deslumbra con una entretenida, trepidante y eléctrica novela ambientada en unos años llenos de claroscuros, mucho menos alejados de la actualidad de lo que creemos. Los hijos de la luz, sin renunciar al rigor histórico es un thriller de aventuras, pero sobre todo es un canto a dos de los bienes más apreciados que tiene el ser humano: la amistad y la palabra”. (De la contraportada)
Sí es una novela trepidante, en la que Vidal sabe conducir los momentos de gran tensión que se generan con frecuencia. Sin embargo, me parecen un poco forzados los desenlaces felices, en el sentido de que los protagonistas “buenos” (Koch y Lebendig) se salvan inesperadamente de la muerte después de haber sido heridos, triturados, apaleados… para que todo tenga un final feliz. Vidal hace exhibición de sus conocimientos y rechazo de la masonería, así como de una religiosidad evangélica, expuesta por medio de Lebendig, un personaje sin tacha ni defecto, así como el impetuoso inspector de policía Koch.
Los diálogos están muy bien entretejidos, la lectura se hace por eso rápida y sin tropiezos. Recomendable.
Febrero 2013