Madrid, PPC, 2013, 327 p.
El autor, nacido en Barcelona en 1967, es doctor en Filosofía y Teología y ha escrito más de sesenta libros. En 2011 fue elegido por Benedicto XVI como miembro del Consejo Pontificio para la Cultura. Esta obra es una especie de vademécum para el diálogo entre creyentes y no creyentes, tan necesario en el mundo de hoy. Muestra en él una gran erudición, pero sobre todo, la experiencia de contacto personal con personas que no creen. Utiliza la metáfora “tierra de nadie” para expresar el lugar de encuentro entre creyentes y no creyentes, como el papa Francisco habla de “periferias existenciales”. El encuentro es posible entre personas honestas que buscan el sentido último de la realidad, de la propia vida. No entran en este grupo el ateo convencido que no pone en cuestión su dogmatismo, ni el racionalista autosuficiente, que no admite cuestionamientos a los fundamentos de su conocimiento científico.
Torralba expone el universo de los creyentes, las razones existenciales que enmarcan la fe, el universo emocional y las consecuencias prácticas de ser creyente. El universo del no creyente es variado, desde la indiferencia y la búsqueda inquietante hasta las heridas biográficas que le alejaron de la fe. El diálogo posible entre ambos, los obstáculos más comunes, los campos de intersección y de encuentro. También analiza la espiritualidad de los no creyentes, para concluir que sólo el amor es digno de fe.
Un libro hermoso que pone en evidencia que es posible esperar en un mundo mejor, partiendo de tanta gente buena, creyente o no, que vive su vida con sentido. Un libro que hacía falta en la sociedad actual, tan volcada hacia lo efímero e intrascendente, tan acosada por las prisas y excesivamente estimulada por noticias de todos los tamaños e importancia, tratadas por igual. Además del sexo, el turismo y el deporte es bueno que mire de vez en cuando a las estrellas y también a los recovecos interiores de sí misma.
Marzo 2015