Barcelona, Ediciones B, 2013, 441 p.
Novela policíaca construida sobre la muerte del infante Alfonso de Borbón, hijo de don Juan de Borbón y hermano de Juan Carlos. Según la versión oficial el infante murió de un tiro en la frente que le dio su hermano Juan Carlos, Juanito en la novela, mientras ambos jugaban con una pistola en Estoril, residencia de los reyes en el exilio. Alfonso tenía 14 años y Juan Carlos 17. El novelista hace víctima a Alfonsito de una trama montada por una organización con base en París, que quiere acabar con los Borbones. La dirige un sádico criminal, disfrazado de muchos nombres, que fue hijo bastardo de Alfonso XIII y que cobró desde niño un odio mortal hacia la familia real de su padre.
La novela comienza con el enamoramiento de Juanito – entonces cadete en la Academia General Militar de Zaragoza – de Mafalda Cornaro, hija del embajador de Italia en París, mientras ambos se encuentran de vacaciones en Portugal. Los amores no llegan a ningún término porque el futuro rey no puede casarse con una plebeya, pero ambos quedan si no resignados, sí con deseos de que cambien las circunstancias y se vuelvan a encontrar.
El autor dirige hábilmente este segundo encuentro hacia un sótano espantoso en París, donde Mafalda ha sido secuestrada y la obligan a citar en él a su amado príncipe. Este hecho señala el comienzo del fin para Cornelius, el sádico criminal que quiere asesinar a Juanito, porque a Juan Carlos le acompañan unos arriesgados y valientes policías, que han ido descubriendo una trama de infiltrados en las policías de Portugal y Francia. La acción se complica, aparecen personajes secundarios que juegan un papel a veces distractor y a veces orientador. La impresión mía como lector es que el novelista ha extremado las situaciones hasta límites inverosímiles, como la persecución final por los tejados de la Conciergérie, o los refinamientos de los suplicios anunciados a Mafalda en el sótano infernal de la mansión de Cornelius. Los “buenos” se salvan inesperadamente en el último momento y los “malos”, que parecen invulnerables, sucumben en el último instante. En ese sentido es una clásica novela policíaca que termina bien.
El autor es experto en los archivos de la Casa de Borbón y ha publicado varias investigaciones sobre ella. Esta es su primera novela y en ella extrema, a mi modo de ver, los afilados bordes de lo policíaco. Veremos a ver qué reacción tiene frente a ella el retirado rey Juan Carlos, que será seguramente de buen humor frente a la fantasía del novelista.
Marzo 2015
