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Madrid, Planeta, 2010, 798 p.
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Magnífica novela histórica de Gonzalo Giner, veterinario de profesión, en la que los caballos cobran una relevancia casi igual a las personas, sobre todo Sabba, la yegua del protagonista Diego de Malagón; ambos se entienden perfectamente, se consuelan, se apoyan, se sacrifican el uno por el otro.

La acción se desarrolla entre 1185 y 1212, fecha de la batalla de las Navas de Tolosa, que inició la decadencia de los almohades en la península ibérica. Alfonso VIII de Castilla, que reinó 56 años, su primo Pedro II de Aragón y el controvertido Sancho VII de Navarra, se alían para derrotar al poderoso califa Muhammad al-Nasir, que había concentrado el ejército más poderoso hasta entonces reunido.

Diego de Malagón, personaje inventado por el protagonista, es el que va trenzando la trama en medio de mil peripecias. Con sólo 14 años pierde a su padre y a su hermana mayor en Alarcón, asesinados por los almohades, que conquistan la villa y hacen esclavas a sus dos hermanas menores, que pasarán al harén del califa de Marrakech. Vengar a su familia será uno de los motivos dominantes de su vida. Otro motivo es el amor, pues él se va formando como un muchacho apuesto, del que se enamoran las mujeres. La primera, Benazir, esposa de su protector el mozárabe Galib, quien le enseña la ciencia de la veterinaria hasta que Diego se convierte en un gran albéitar; luego se enamora de él Fátima, hija de un tratante de ganado, y por último Mencía, hija de la familia noble de los Azagra, señores de Albarracín.

El tercer motivo que impulsa la vida de Diego es su amor por los caballos, que le lleva a ser un albéitar solicitado por las más altas dignidades del reino. Ha aprendido el oficio con Galib y luego lo ha perfeccionado en Fitero, primera abadía cisterciense en España, donde se guarda la mejor colección de manuscritos de todo el país.

Un detalle curioso – no sé si pretendido por el autor – es cómo van muriendo de muerte violenta todos los que tienen una estrecha relación con Diego: su padre y sus hermanas, Fátima, Benazir, el judío Efraím, que le pronostica lo que va a ocurrirle en el futuro, el monje Bruno de Oñate, que le salvó in extremis de morir ahorcado; también Pedro de Mora, el traidor cristiano que lleva cautivas a sus hermanas y a quien Diego juró matar. La que se salva es Mencía, el gran amor de este agitado protagonista, a quien ella busca sin  descanso hasta encontrarlo después de quedar viuda.

Novela bien escrita, que se presta a convertirse no en una simple película, sino en todo un serial de gran éxito.

Zaragoza, julio 2015

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