Barcelona, Ediciones B., 2012, 729 p.
Comentario :
“Tercera entrega de la saga que nos llevó a conocer en profundidad la lejana Nueva Zelanda, y que la escritora comenzó en 2011 con la publicación de «En el país de la nube blanca», y a la que siguió en 2012 su continuación, «La canción de los maoríes».
Las protagonistas de este tercer libro, son las bisnietas de Gwyneira: Lilian, hija de Elaine y Timothy Lambert, y Gloria, hija de Kura y William Martyn.
Gloria vive con Gwyneira y James en Kiward Station. Siempre ha sido una joven tímida, insegura y bastante acomplejada, pero en la granja se siente feliz. Sus padres, están de gira por Europa, pues la carrera de Kura como cantante, está en su máximo esplendor. En la granja de ovejas está también Jack, el hijo de James y Gwyneira, con el que ha tenido una relación especialmente estrecha desde que nació, a pesar de la diferencia de edad que existe entre ellos.
Pero la felicidad de la tranquila Gloria se verá truncada, el día que reciben una carta de sus padres, diciendo que quieren que continúe sus estudios en un internado europeo, que mejorará sus dotes artísticas y la ayudará a convertirse en una gran cantante, como su madre.
Gloria sabe que no se parece a su madre en absoluto; ni física ni artística-mente. De hecho, las comparaciones con ella, hacen que su autoestima se ponga por los suelos, pues sabe perfectamente que no es nada bonita ni tiene ningún talento para la música ni para el arte en general. Todos los que la quieren, saben que un internado hará a la pequeña Gloria verdaderamente infeliz, así que deciden buscar una solución para suavizar el problema.
Lo único que se les ocurre es contactar con Elaine (hija de Ruben y Fleurette), la nieta de Gwyneira y madre de Lilian. Viven en Lionel Station, y cuando habían estado pasando unos días de visita con los bisabuelos, entre la tímida Gloria y la vivaracha Lilian, había habido realmente química y se habían entendido la mar de bien. Así que le proponen que envíen también a Lilian al internado, para que con su simpatía y desparpajo, pueda ayudar a que la adaptación de Gloria al continente resulte menos traumática. Es así, como las dos jóvenes, acompañadas por la profesora particular de Gloria, ponen rumbo a Inglaterra realizando la travesía inversa que sus bisabuelas habían hecho años atrás.
Los años en el internado, son para Gloria tan horribles como se había imaginado. Lilian, al ser más joven que ella, no se encuentra ni en sus clases ni en su zona de dormitorios, y sus compañeras le muestran un total rechazo desde el primer momento en que la ven. Sabe que le esperan tiempos difíciles, y Gloria sólo sueña con una cosa: regresar a su hogar, a sus tierras, a su Kiward Station… En esos momentos, no se puede ni imaginar que la peor etapa de su vida, todavía está por llegar…
Mientras tanto, en Nueva Zelanda, el joven Jack McKenzie, que será protagonista masculino de la historia, vive su primera historia de amor. Cuando se encuentra con Charlotte Greenwood, recién llegada de estudiar en Inglaterra, guapa, inteligente, culta, apasionada por la cultura maorí… Jack no puede evitar caer rendido a sus pies. Comienzan una bonita historia de amor que por supuesto acabará en boda. A Jack tampoco se le pueden pasar por la cabeza, los difíciles tiempos a los que tendrá que enfrentarse…
Lilian, por el contrario, es feliz allá donde va. Tiene un don de gentes especial, cae bien a todo el mundo, es muy bonita, alegre, lista, espabilada… Con ella, el futuro, va a portarse bastante mejor que con la pobre Gloria y nuestro querido Jack…
Poco más os quiero decir del argumento, transcurren muchos años en los que suceden muchos cambios, muchas desgracias, sobre todo en la primera parte del libro, que me ha resultado bastante triste… El libro comienza en el año 1907, así que como os podéis imaginar, la Primera Guerra Mundial afectará seriamente a las vidas de nuestros personajes, y la trágica e incomprensible batalla de Galípoli, será relatada con gran detalle y profundidad.
Lilian ha sido mi personaje favorito, la que ha dado vida y ritmo a la historia, siendo su propia historia la más bonita y encantadora de esta tercera novela. También me ha gustado el personaje de Charlotte y la bonita historia de amor que vive con Jack. Por supuesto, he continuado aprendiendo muchas cosas sobre la cultura maorí y este lejano país, y he podido leer con detalle sobre la batalla de Galípoli, que a pesar de su crueldad y de haber sido un error militar, me ha parecido interesante conocer y aprender más sobre ella.”
El autor del resumen, con buen criterio, lo deja incompleto. Y es cierto que las contrapuestas figuras de Lilian y Gloria al final se acercan mucho, una vez que Gloria va logrando superar los terribles abusos a los que se vio sometida en su huida. También Jack sale malamente herido de la batalla de Galípoli y le cuesta un mundo recuperarse física y anímicamente, pero al final lo logra junto con Gloria.
¿Es inagotable la imaginación de la autora y su capacidad de sumergir al lector en una historia bien contada? Parece que sí, aunque esta trilogía ha llegado a su final. Espero leer otras de sus novelas, aunque no se desarrollen en Nueva Zelanda.
Noviembre 2015