Barcelona, Anagrama, 3ª ed. 2006 (1ª 2005), 561 p.
El autor, homosexual confeso, explica en el epílogo que no se trata de una apología ni de una especie de propaganda de la homosexualidad, sino de una novela que refleja el mundo en el que él vivió de joven – la España de los 50 y los 60 – y cómo de golpe cambió el rechazo y temor que sentían por su condición a un desenfado y superficialidad que no le agradan ahora. Presenta en la novela dos hombres de la edad en la que él escribe, los 65, muy distinto uno del otro: Javier Salazar ha vivido siempre como una persona autosuficiente, creída, que disfruta manejando a los demás; Paco Allende en cambio, después de una vida de encuentros homoeróticos pasajeros, deja prevalecer en él los buenos sentimientos de compasión y ayuda. Ambos fueron compañeros de seminario, lo dejaron y perdieron pronto la fe. Salazar termina muy mal, no así Allende. Alrededor de ellos circulan los otros protagonistas, el joven Ramón Durán, superficial y muy seguro de su atractivo, hasta que su madre es asesinada, y Juanjo Garnacho, que fue entrenador deportivo y luego abandonó a su esposa y una hija para dedicarse a la vida homosexual. Éste último se aprovecha del atractivo que ejerce sobre Javier para extorsionarlo y provocarle el suicidio.
El tema de la novela no es que me guste, aunque sabe desarrollarlo bien el autor, pero menos me gusta la manera como lo hace: pornografía homoerótica, escenas demasiado explícitas y repetitivas, lenguaje procaz en esas escenas. Atribuye a los personajes tal capacidad de introspección – menos en Ramón – que a veces parece la consulta de un psicoanalista refinado. Le gusta presentar pensamientos contradictorios en el mundo interior de sus personajes, que les hacen dudar hasta extremos de indecisión, de la que salen por la aparición del hombre o joven amado. Inventa palabras, utiliza adjetivos con gran originalidad, arrastra al lector al mundo interior de sus personajes que con frecuencia parece reflejo del propio autor. Paco Allende sería posiblemente el que más se aproxima a lo que Pombo ha sido en su vida. En fin, no es un autor que yo recomendaría, a no ser que escriba otro tipo de novelas.
Diciembre 2015