Barcelona, Ediciones B, 2005, 414 p.
“Edward Wozny es un joven banquero decidido a continuar en Londres la prometedora carrera que ha iniciado en Nueva York. Sin embargo, antes de partir ha de realizar, de mala gana, una última tarea: catalogar los valiosos libros de sus clientes, los duques de Bowmry, y recuperar un precioso códice del siglo XIII. A medida que transcurre la búsqueda, el interés de Edward por el códice crece, al mismo tiempo que aumenta su obsesión por un juego de ordenador, El Momo, adictivo hasta el punto de sumirlo en una semihipnosis durante horas. En ese estado, Edward intuye ciertos paralelismos entre su vida y el juego. El códice secreto es un thriller de carga intelectual que, a través de una intriga, demuestra el misterioso poder que los libros han ejercido a lo largo de la historia”. (Contraportada)
Tema desde luego original, que muestra mucha imaginación de parte del autor y buen conocimiento de la literatura medieval inglesa, y de la forma de conservar libros antiguos. También muestra mucha experticia e inventiva sobre video juegos. En esta novela Edward, el joven banquero, se ve metido en un mundo ajeno a su interés y conocimientos, pero Margaret, joven estudiosa de manuscritos y primeras ediciones medievales, le va introduciendo en él. Le han metido en ese mundo unos clientes ingleses, ricos y de la nobleza, que quieren descubrir un libro antiguo en el que tal vez aparezca un códice que compromete el honor de esa rancia y rica familia. Ella es seca y sólo muestra interés por esas rarezas anticuarias, pero él la va conquistando amorosamente (creo que para hacer la novela un poco más amable…).
La rica pareja inglesa, los duques de Bowmry, se odian a muerte y tanto ella como él quieren que Edward obtenga el códice y se lo entregue a uno para usarlo contra el otro, y ahí está un poco de la intriga, por qué no se sabe quién lo logrará. Edward y Margaret consiguen el códice, ella lo descifra y parece que se lo da a Edward para que se lo lleve a Blanche, la duquesa, pero Margaret se le adelanta y se la entrega al viejo, pero eso lo va aguantando el autor hasta el final, de manera que la novela no pierde su interés. A veces se ve recargada de misterio, producido por la habilidad del autor de revelar sólo una parte de lo que va ocurriendo y sorprendiendo al lector por caminos que no son lógicos.
Novela distinta de los clásicos thriller policíacos o de aventuras. Se pasa un buen rato leyéndola.
Octubre 2016