APEGOS FEROCES
Vivian Gornick
Ciudad de México, Editorial Sexto Piso, 4ª ed. 2017 (1ª 2017), original en 1987, 195 p.
Escrita por una mujer de múltiples características: judía, familia de origen rumano, nace y vive en el corazón del Bronx neoyorquino. Todo eso se refleja en esta novela que tiene muchos rasgos de carácter autobiográfico. La autora refleja, estudia, da vueltas al carácter femenino en sus múltiples relaciones: madre-hija, con los hombres, con otras mujeres, con la vida. Y no le importa quedar bien o mal, sino reflejar lo que ella piensa que es la mujer. Para un lector como yo, soltero, religioso, viejo y sin trato íntimo con mujeres, asombra el caleidoscopio de los caracteres femeninos que aparecen: la madre de la protagonista, una mujer neurótica, terca, centrada en el amor de su marido, que cuando muere la deja largo tiempo en una depresión profunda; la hija, que tiene una relación de amor-odio con su madre, de la que no se puede separar, con la que rememora y reconstruye su vida y la de la madre en paseos por el Bronx y luego por Manhattan, que con frecuencia terminan en cortes de palabra; varias y variadas vecinas, especialmente Nettie, joven apasionada y sensual, que tiene un bebé que le estorba. También aparecen tres hombres, cada uno diferente, con los que tiene relaciones sexuales de muy distinto tipo. Son ellos Stefan, Davey y Joe, que también se las traen en cuanto a caracteres posesivos, que van a lo suyo, que no entienden posiciones diferentes, incapaces de mantener una relación estable. Con Joe tiene una relación mejor, pero acaba por no entenderse con él, que va a lo suyo como artista que es.
La trama de la novela, más bien memorias, es el recorrido autobiográfico de la protagonista desde los ocho años hasta llegar a los cincuenta, mientras que la madre ya ha sobrepasado los ochenta. Es un recorrido de ida y vuelta, de recuerdos de los vecinos, de chismorreos, de juicios apresurados y contradictorios, que acercan y separan a las dos. Es evidente que la novela refleja tan bien el variadísimo carácter femenino que su traducción al español ha tenido cuatro ediciones en pocos meses. El original inglés fue publicado por la autora cuando ella tenía cincuenta años, seguramente como experiencia muy personal de lo que había vivido hasta entonces. Ahora, con 83 años, seguro que no se desdice de la muy variada imagen que presenta sobre lo que es el carácter femenino.
Abril 2018